En países como Canadá es permitido el uso y transporte de armas para fines de defensa propia, cinegéticos y deportivos, lo que sin duda puede llegar hacer contraproducente en este tiempo de crisis debido a la pandemia de COVID-19, al convertirse en un peligro para la ciudadanía.
Es por ello, que el primer ministro Justin Trudeau, anunció el viernes primero de abril en horas de la mañana que a partir de dicha fecha se prohibiera unas 1.500 marcas y modelos de armas de “estilo asalto” de grado militar en Canadá, con el fin de salvar vidas.
En las que se encuentran el rifle M14 utilizado en el tiroteo de Moncton en el que se aprecia un promedio de 5.229 de estas en todo el país. Rrifles M4, M16, AR-10 y AR-15 usados para los tiroteos masivos de Sandy Hook, Nueva Zelanda, Las vegas y Orlando de las que se considera hay un total de 83.572 y por último el Ruger Mini-14 un arma de fuego empleado en el tiroteo de la Ecole Polytechnique y del que se estima hay 16.859.
Por lo que, el mercado de armamentos queda cerrado y los propietarios con licencia ya no podrán transportar, importar, vender y usar las armas de fuego en el país canadiense, así lo expresó Bill Blair, ministro de seguridad pública.
Así mismo, se dio a conocer que habrá un periodo de amnistía de dos años para quienes ya posean las armas y cumplan con la prohibición de su uso, pero cabe resaltar que, en los próximos días Trudeau se comprometió aprobar una legislación en “compensación justa”, en el que otorgará un programa de recompra que podría costar cientos de millones de dólares a los contribuyentes.
Por otro lado, habrá una sanción penal para quien no cumpla con las órdenes estipuladas bajo el código penal, por lo que David Lametti, ministro de justicia manifestó que, las armas podrán devolverse al fabricante.
Por último, el primer ministro del partido liberal, también señalo que muchas de las armas que son exportadas para la venta, son diseñadas con el único objetivo de matar a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible, aunque si bien también reconoció que la mayoría de los propietarios de la venta de armas, son ciudadanos de bien y respetuosos de la ley.
Por lo pronto se espera sean promulgados por una orden en el consejo o un decreto del gabinete.
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