Italia ha sido uno de los países más golpeados por la pandemia de COVID-19 después de EE.UU. y España.
Una pesadilla que inicio el nueve de marzo, cuando el presidente Giuseppe Conte, impuso las primeras medidas de contención en todo el territorio para evitar la menor cantidad posible de casos positivos y decesos, lo que también trajo consigo, grandes problemas para la economía del país, así lo expreso el Istituto Nazionale di Statistica (ISTAT), encargado de organizar datos esenciales de la vida económica y demográfica de Italia.
Ya que, según el ISTAT, la mitad de las organizaciones o empresas italianas con unos 2,2 millones, se encuentran hasta el día de hoy en pausa indefinida, así como sus 7,4 millones de empleados al pertenecer a las actividades de producción no esenciales.
Y de seguir así, el PIB (Producto Interno Bruto) caerá un 10% en los primeros seis meses de este año con unos US$45.000 millones, así lo afirma Matteo Pignatti, economista del Centro de Estudios de Confindustria (CSC).
De acuerdo a los datos recopilados por el International Monetary Fund (IMF), Italia es la octava economía del mundo, pero esto rápidamente puede cambiar si la situación actual que enfrenta sigue empeorando.
Para tener una idea más clara, es como si Italia perdiera el equivalente a todo el PIB de Bolivia, ya que cada semana adicional de cese de actividades de producción "podría costar un porcentaje adicional del PIB del orden de al menos el 0,75%", unos US$14.000 millones de acuerdo con el CSC.
Sin duda, una de las situaciones más dramáticas en la economía por las que ha tenido que atravesar Italia desde la Segunda Guerra Mundial, expresó Pignatto. Hasta el momento el turismo es el sector más golpeado luego de ser uno de los fuertes del país.
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