En las memorias de Lisa Kraus quedó uno de los mayores desastres ambientales que ha tenido Canadá en la historia, teniendo siempre el temor de que vuelva a suceder aquella nefasta situación. Su relato se remonta para el año del 2014, donde todos los residentes de Likely BC fueron afectados tras el colapso de la presa ubicada en el Monte Polley Mina.
Sus palabras iniciaron con el problema legal que tenía la provincia referente a la Ley de Pesca, afirmando que Columbia Británica no cumplió con el plazo de tres años para proceder con los cargos bajo la Ley de Gestión Ambiental y la Ley de Minas de la provincia.
Tras esto y el escaso sigilo de supervisión sobre las condiciones en las que fue creada la presa provocó que colapsara, enviando a sus pobladores 24 millones de metros cúbicos de desechos mineros a Quesnel Lake, Hazeltine Creek y otras vías fluviales del área.
"Si bien este incidente de derrame de relaves fue muy desafortunado y significativo en términos de tamaño, los impactos ambientales no han sido tan afortunados como muchos temían", expresó pensativa.
A su vez, hizo énfasis con pesadumbre que la empresa de Imperial Metals no respondió a los comentarios tras aquel acontecimiento, dejando al principio no solo un vacío emocional sino además económico, puesto que, más de 350 personas trabajan ahí.
También dio a conocer, que el gobierno había pronunciado sobre los nuevos y estrictos requerimientos que tenía que ponerse en marcha, recordando el comunicado que hizo Julia Kilpatrick, portavoz de la ministra de Medio Ambiente, Catherine McKenna, acerca de su promesa; donde afirmaba que los canadienses podrían estar seguros de que el gobierno no dudaría en hacer cumplir las leyes ambientales… pero, la duda todavía sigue a pesar de los cambios que han hecho con base a este proyecto.
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