Pese a los estragos que ha dejado la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos, el viernes 5 de junio el país presentó un descenso en su tasa de desempleo.
Antes de que se presentara la pandemia del nuevo coronavirus y la gran mayoría de estadounidenses tuviesen que pausar sus distintas actividades económicas y permanecer en confinamiento obligatorio, la tasa de desempleo en EE.UU. ya se encontraba en un 3.5%.
Pero con la situación actual que vive el mundo, el departamento de trabajo de Estados Unidos., registra una baja del 14.7 % en abril a un 13.3% en mayo, después de que la economía incorporara 2.5 millones de nuevos trabajos en el país.
"La idea de que cayera el desempleo y se crearan nuevos empleos era algo que nadie, ni siquiera en la administración de Donald Trump, se estaba esperando. Pero el 13.3 por ciento es más alto que en cualquier otro momento de la Gran Recesión (del 2008). E implica que hay millones aún sin trabajo. Se requieren muchos meses consecutivos de este tipo de crecimiento para volver a los niveles en los que estábamos", expresó el economista del Brookings Institution, Jay Shambaugh.
Sin embargo, la reapertura gradual de algunos sectores económicos de los distintos estados de EE.UU. ha empezado a dar resultados, por lo que quizás la situación de desempleo no sea tan desbastadora a mediano y largo plazo.
Gran parte del repunte se debe al Paycheck Protection Program (PPP), implementado en la administración del presidente Donal Trump, el cual otorgó préstamos a las pequeñas empresas y perdonó la deuda solo si estas recontrataban empleados o pagaban los sueldos a los ya existentes.
Ante las estadísticas, el presidente Donald Trump declaró “victoria” y alardeó sus “buenas decisiones”, pese a los 20 millones de desempleos que se reportan en el país.
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