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  • Foto del escritorEl Megáfono Canadá

¿El que engaña una vez, engaña siempre?

Muchos consideran que la infidelidad se lleva en los genes, sin embargo, según un estudio de las universidades de Harvard y Northwestern despeja la incógnita de por qué algunas personas tienden a tropezar sobre ‘esta piedra’ una y otra vez.



Existe la infidelidad emocional, y aquella en la que una de las dos partes de la pareja se involucra en todos sentidos con un tercero en cuestión, y aunque se perdone la acción, siempre existirá la incertidumbre de sí volverá a hacerlo.


Una manera de relajar la conciencia moral para no sufrir y poder disfrutar de nuestros deseos. El subconsciente humano suprime deliberadamente esos recuerdos de comportamientos que consideramos inadecuados o nos incomodan. Y no solo eso, los científicos llegaron a la conclusión de que estas personas también empleaban un mecanismo de ‘doble distanciamiento’, por el cual juzgaban las transgresiones de los demás como peores que las suyas.




Se sugiere que algunos de estos artistas del engaño no son necesariamente malas personas, sino que estas ‘trampas’ desensibilizan el cerebro de las emociones negativas asociadas con la mentira. Los autores aseguran que la deshonestidad es inherente a nuestra realidad social y abarca desde las finanzas y la política hasta las relaciones personales. El trabajo revela que a medida que uno se sume en los caminos del engaño, siempre se acaba reincidiendo.

Por otra parte, un estudio hecho por la Universidad de Denver, con la colaboración de 484 parejas de entre 18 y 35 años, determinó que aquellos que habían sido infieles en el pasado, tenían 3.5 veces de probabilidad de repetir la acción en el futuro.


Además, ser víctima de una infidelidad puede tener consecuencias devastadoras, los engañados, no solo pueden experimentar depresión y ansiedad, sino que también tienen mayor riesgo de caer en comportamientos de riesgo, como tener relaciones sexuales sin protección, el consumo excesivo de alcohol y drogas o trastornos alimenticios.


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