
El gobierno del presidente Donald Trump busca detener la escalada militar con Irán, tras dos intensas semanas de tensión, al asegurar que privilegia la diplomacia y no la guerra.
Ante la incredulidad provocada por las mismas acusaciones de Washington, han habido en el transcurso del mes de mayo constantes amenazas de ataque por parte de la república islámica hacia los Estados Unidos.
El secretario de Estado de USA, Mike Pompeo, y su par interino de Defensa, Patrick Shanahan, no lograron convencer a los legisladores demócratas, temiendo lo peor. ¨Se trata de disuadir, no de entrar en guerra. No estamos tratando de entrar en guerra", exclamó Shanahan en la audiencia del Congreso.
Agregó a su vez que las medidas previstas en Washington han permitido evitar ataques contra el mismo territorio estadounidense. Sin embargo, los funcionarios de gobierno no han explicado las razones del último despliegue en el Golfo de un portaaviones, bombardero B-52, un buque de guerra y una batería de misiles Patriot y del precipitado llamado a una partida de los diplomáticos en funciones en Irak.
AFP
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