Este martes el gobierno de Estados Unidos presentó cargos contra dos hackers chinos por intentar robar los datos de la vacuna contra el COVID-19 que se llevan a cabo en empresas de al menos 11 países, en los que se encuentra Alemania, España, Reino Unido, Suecia, Países Bajos, Lituania, japón, Bélgica y Corea del sur.
Asimismo hicieron espionaje en 13 organizaciones de EE.UU. de las cuales no se conocen sus nombres, ya que los fiscales solo se limitan hacer descripciones de forma general, así lo manifestó William D. Hyslop, uno de los fiscales implicados en la investigación.
Sin embargo, se cree que los hackers en el caso de EE.UU atacaron una de las empresas localizadas en Massachusetts, cuyo nombre podría ser Moderna, donde sus ensayos están entre los más adelantados, ya que fue la primera en probar la vacuna en humanos.
De igual forma, el 13 de mayo, el FBI y otra empresa de inteligencia de Estados Unidos, señalaron mediante un informe que "hackers" chinos habían entrado a la base de información de un centro de investigación estadounidense para hacer espionaje de las vacunas y tratamientos que se les da a las personas contagiadas por el nuevo coronavirus.
Por último, los hackers fueron identificados como Dong Jiazhi de 33 años y Li Xiaoyu de 34 años, ambos residentes en China, quienes han sido acusados ante un tribunal del estado de Washington (costa oeste) por 11 cargos criminales.
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