Philip Grandine, ex pastor de Toronto, fue declarado culpable por segunda vez, tras haber cometido homicidio involuntario hacia su esposa que estaba embarazada. Hoy será enfrentado a una audiencia de sentencia.
Anna Karissa Gradine de 29 años y con 20 semanas de embarazo, fue drogada con el sedante Lorazepam, para que no estuviera atenta mientras él continuaba una aventura con su amiga.
En medio de su estado, Karissa se introdujo en la bañera ahogándose prontamente al no tener las fuerzas suficientes para estar sentada, falleciendo a los pocos minutos.
Según las pruebas encontradas en el transcurrir del proceso, se descubrió que el ex pastor conocía a una enfermera en una casa de retiro que tenía acceso al sedante y quería mantener a su esposa incapacitada o confundida para que pudiera continuar con su aventura.
Posterior a que se descubriera y se vio obligado a renunciar como pastor, argumentaron los fiscales.
De tal forma, Grandine fue juzgado por asesinato en primer grado en la muerte de su esposa, siendo declarado culpable por homicidio involuntario, pero la condena fue revocada por apelación.
No obstante, el tribunal supremo de Ontario encontró que el juez de primera instancia cometió un error al responder una pregunta del jurado en ese caso y ordenó un nuevo juicio por el cargo de homicidio culposo. Eso significaba que los fiscales ya no podían argumentar que Grandine quería asesinar
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