Daniel Genovesi sacerdote católico y Mercedes Tarragona, hermana de la congregación Mercedarias del Niño Jesús, decidieron abandonar el clero en Argentina, para realizar una vida juntos, es así como ahora tienen dos hijas y se convirtieron a la religión del anglicanismo, en la que él es obispo. Por tanto, esta historia de amor tendrá una miniserie audiovisual y un libro autobiográfico.
Esta historia de amor inició hace 30 años cuando el sacerdote tenía 26 años y la monja 22, quienes ahora tienen 57 y 53, ambos compartían actividades con la comunidad, por lo cual pasaban gran cantidad de tiempo juntos y “en el andar fue creciendo un afecto. Hasta ese momento yo estaba muy feliz y completo con lo que estaba haciendo, con mi trabajo, con la comunidad, con las actividades que tenía”, aseguró Genovesi.
Por ende, este amor fue creciendo entre ambos, sin darse cuenta cada uno que lo que sentían iba más allá de lo religioso, por lo cual Tarragona, decidió renunciar al convento, pensando que no lo volvería ver, pero no fue así ya que siempre se encontraban de manera inesperada. Hasta que un día Daniel le propone a Mercedes que trabajara en la diócesis donde él estaba y ella aceptó, pero sentía temor de que él ya no sintiera lo mismo por ella ya que había renunciado al convento.
Sin embargo, Daniel la seguía viendo con ojos de amor, pues se había enamorado de su forma de ser y no de cómo ella luciera, de modo que Mercedes en cuanto lo supo decidió marcharse de la ciudad para no arruinar la vida religiosa de Daniel. Pero era tan grande su amor que Genovesi no quería perderla, por lo cual renunció al clero.
Luego de renunciar a sus votos, se mudaron a Buenos Aires, para empezar una nueva vida, estudiar, trabajar y formar un hogar juntos. Es así como ahora tienen dos hijas Camila (23) y María Carla (26) y residen en Uruguay, en donde han fundado el Soul Institute (Instituto del Alma) para ayudar a quienes requieran de sus servicios, ya que Mercedes es especialista en psicogenealogía y máster en programación neurolingüística.
Texto: Redacción El Megáfono Canadá.
Con información de La Nación.