Cientos de miles de personas en Hong Kong han salido a las calles a marchar en contra del polémico proyecto de ley, donde permitiría extraditar a culpables de delitos penales, como asesinato y violación, hacia China continental para así mismo ser juzgados.
La medida se propuso después del caso de un joven de 19 años, residente de Hong Kong, fuera acusado de asesinar a su novia de 20 años, cuando estaban de vacaciones en Taiwán, en febrero de 2018. El individuo huyó a Hong Kong y no podía ser extraditado a Taiwán porque no existe un acuerdo de extradición entre estos dos lugares.
Sin embargo, miles de manifestantes -entre esos estudiantes, comerciantes, maestros abogados, y empresarios- rodearon los principales edificios gubernamentales y se han enfrentado a la policía,con el fin de comunicar que están en contra del proyecto legislativo, asegurando las personas que al momento de dar cabida a tal decisión, estarían sujetos a la detención arbitraria, al juicio injusto y a la tortura bajo el sistema judicial chino.
"Nadie estaría a salvo, incluyendo activistas, abogados de los derechos humanos y trabajadores sociales", declaró en un comunicado Sophie Richardson de la organización internacional Human Rights Watch.
La medida también se ha condenado en el exterior, con la Unión Europea, Reino Unido Canadá y Estados Unidos, entre otros, expresando preocupación.
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