76 personas a bordo del vuelo PS752 de Ukranian International Airlines de Teherán a Kiev murieron el pasado miércoles, 63 eran pasajeros canadienses. A solo minutos de despegar de Teherán, Irán, el avión se estrelló sin dejar rastro de sobrevivientes.
A solo minutos de despegar de Teherán, Irán, el avión se estrelló sin dejar rastro de sobrevivientes. Poco después, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció el jueves por la tarde en una conferencia de prensa que el avión había sido derribado por un misil tierra-aire iraní.
Ante lo sucedido Trudeau, dijo que buscaría respuestas y justicia para las víctimas.
Pese a que Irán inicialmente rechazó las acusaciones de ser el responsable del desastre y durante tres días negó el acceso a los informes, el sábado por la mañana admitió que su ejército fue quien derribó el avión pero que se trato de un error.
Según Amir Ali Hajizadeh, general de brigada y comandante aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, anunció que un operador de misiles había actuado de forma independiente, confundiendo el avión con un "misil de crucero".
La noticia ha causado indignación a nivel nacional e internacional, especialmente por la admisión tardía y por referirse al hecho como un “error”, asegurando que fue "involuntario".
Tanto el presidente ucraniano Volodomyr Zelensky como Justin Trudeau han exigido la responsabilidad de Irán.
Por otra parte, en Teherán se han estado presentando protestas antigubernamentales contra los líderes de Irán, llegando a enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.