Sin duda 2020 ha sido un año desafiante para la humanidad y parece que aún están lejos de terminar los desafíos. Actualmente la pandemia de COVID-19 es una de las mayores preocupaciones en el mundo por su gran impacto, y mientras decenas de países luchan para derrotar a aquel poderoso enemigo que ha dejado a su paso cerca de 10.945.600 contagios y 523.600 decesos, las alarmas también se encienden en Mongolia pero por una razón distinta.
Este país ubicado en Asia Oriental, se enfrenta a otra mortal enfermedad, la peste bubónica, más conocida como la “peste negra”, una de las enfermedades más devastadora en la historia de la humanidad que mató a 50 millones de personas en el siglo XIV. Esta es causada por una infección microbiana grave ocasionada por la bacteria yersinia pestis, y se caracteriza por la inflamación de los ganglios linfáticos, pero puede tratarse con antibióticos comúnmente disponibles.
Esta enfermedad puede matar a un adulto en apenas 24 horas si no recibe tratamiento, así lo anunció la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Puede ser difícil de identificar en sus primeras etapas, ya que los síntomas, que generalmente se desarrollan después de tres a siete días, son similares a los de la gripe.
Luego de que un brote se desatara y las autoridades sanitarias detectaran dos muertes, el país ordenó a los residentes de la ciudad de Tsetseg, en la provincia occidental de Khov, entrar en cuarentena.
La identidad de las víctimas no fue revelada, pero todo parece indicar que se trataría de un hombre y una mujer entre 27 y 30 años, quienes habrían consumido carne de marmota, considerada un remedio popular para la buena salud. No obstante, el roedor es un portador conocido de la bacteria de la peste, y se asocia comúnmente con los casos que se registran en el país.
Las autoridades sanitarias también anunciaron que en los dos casos confirmados, “se identificaron 146 individuos de primer contacto y 504 de segundo contacto, y se recolectaron y analizaron 146 muestras de primer contacto”.
Asimismo, Mongolia cerró parcialmente la frontera con Rusia para evitar que esta enfermedad se propague más allá de los límites de ese país. El cierre migratorio también fue confirmado para evitar el paso de vehículos de transporte y particulares.