El miércoles 29 de abril se generó una gran polémica respecto a las decenas de cadáveres hallados en camionetas U-Haul en el vecindario de Flatlands, en el distrito de Brooklyn.
Todo inicio, cuando algunos vecinos realizaron llamadas a la policía de New York para quejarse por el mal olor que presuntamente provenían de cuerpos almacenados en camiones de cadena U-Haul utilizados para el alquiler de mudanzas y que se encontraban en frente de la funeraria Andrew T. Cleckley.
Algunas llamadas alertaron a las autoridades, afirmando que “en la últimas dos semanas habían visto entre 30 y 50 cuerpos siendo movidos dentro y fuera de la funeraria”, así lo manifestó una de las vecinas más cercanas al lugar.
Lo que llevo a que los agentes se alarmaran y decidieran llegar al lugar a inspeccionar la zona, encontrándose con cuerpos en estado de descomposición que eran sacados por el personal de la funeraria para ubicarlos en un camión refrigerador, indicó el periódico digital amNewYork.
Cabe resaltar, que según una fuente policial, dos de los remolques sin refrigerar, contenían cada uno 50 cuerpos que permanecieron allí durante más de una semana, lo que genero el mal olor.
Por otra parte, se cree que la mayoría de los cuerpos son de personas que han muerto por la pandemia de COVID-19.
Por lo que, un portavoz de la funeraria salió en defensa de esta al esclarecer lo ocurrido, indicando que, debido a la cantidad de muertes presentadas en Estados Unidos por la pandemia, se han quedado sin espacio en el interior del establecimiento, lo que los llevó a improvisar “morgues”.
Y aunque el portavoz no concreto cuantos cuerpos tienen en este momento, la policía estadounidense ha iniciado una investigación por la cantidad de cuerpos almacenados sin refrigeración.
Por ahora el departamento de Salud del estado, quien regula a las funerarias, informo que ya había sido notificado del problema de abastecimiento de decesos de la funeraria Andrew T. Cleckley, quien se comprometió a realizar arreglos alternativos.