Los rescatadores lo llevaron en su coche hasta un veterinario y no se dieron cuenta de que no era un perro hasta que no lo confirmó un cazador
El susto que se han llevado varios trabajadores estonios ha sido de los grandes. El pasado miércoles, vieron como un perro tenía problemas para salir de un lago helado por las bajas temperaturas que sacuden el país. Ni cortos, ni perezosos se metieron a por él, rompiendo el hielo como pudieron y alcanzando al animal para sacarlo sano y salvo del agua.
Rápidamente lo metieron en su coche para llevarlo al veterinario y fue entonces cuando se dieron cuenta de que el animal que habían rescatado parecía más un lobo que un perro. Pese a todo, no se movió durante el trayecto: "Estaba tranquilo, dormía sobre mis piernas. Cuando quise estirarlas, levantó la cabeza sólo un momento", explica Rando Kartsepp, uno de los rescatadores, a la BBC.
Desde la asociación que se encarga de proteger a los animales en Estonia, la EUPA, explican que están "muy felices por cómo terminó la historia y deseamos agradecer su trabajo a todos las personas que han participado en el rescate, especialmente a los hombres que sacaron al lobo y a los médicos de la clínica que no tuvieron miedo de tratar con el animal salvaje".
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