Producto de las variaciones climáticas, algunos gobiernos locales han tomado medidas para combatir el cambio climático.
El alcalde de Toronto, John Tory, anunció el 20 de septiembre que la ciudad está declarando una emergencia climática, a la que se suman más de 800 gobiernos de todo el mundo.
"El cambio climático y el calentamiento global representan un riesgo importante para los residentes y las empresas de nuestra ciudad...Esta declaración de emergencia sirve para unir a las ciudades de todo el mundo en la lucha contra el cambio climático, enmarcar el impacto del cambio climático en nuestros residentes y negocios, y mejorar el compromiso de Toronto con un futuro neto cero en carbono", anunció Tory en un comunicado de prensa.
Dicha iniciativa debería ser adoptada por el ayuntamiento durante su próxima reunión el dos de octubre. Declaración que representa un gesto simbólico, en el que no existen nuevas promesas para programas o iniciativas adicionales. Sin embargo, se pide una reducción del 80% en las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad para el año 2050.
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Cabe resaltar, que este anuncio se conoce el mismo día en el que miles de estudiantes de todo el mundo marchan contra el cambio climático. Por lo que las críticas llegaron rápidamente al alcalde, como la de la estratega principal de energía de Greenpeace Canadá, Keith Stewart, quien respondió lo siguiente:
"Las palabras son encantadoras, pero realmente importan cuando están respaldadas por hechos. Actuar como si esto fuera una emergencia significa aumentar y acelerar los planes para abandonar los combustibles fósiles, construyendo comunidades más resilientes para todos y responsabilizando a los responsables de retrasar las acciones necesarias para resolver esta crisis por su parte justa de los costos".
