Dan Starr, renunció a su trabajo agrícola en una granja de pieles para ejercer como activista animal, a raíz de los múltiples maltratos y aberraciones a las cuales son sometidos los animales.
Según Starr, "Las puertas de las jaulas se cierran a propósito en las extremidades de los animales, los animales se mutilan entre sí debido a los pequeños confinamientos en los que se mantienen, las líneas de agua están completamente congeladas para que los animales no tengan acceso al agua, los animales con heridas abiertas que no reciben ninguna atención médica, los animales que son arrojados a las estructuras del cobertizo por frustraciones de los trabajadores” señaló.
De acuerdo con el activista, cuando los animales mordían a los trabajadores estos le rociaban agua a presión sin importarles, además muchos fueron sometidos a envenenamientos fallidos por monóxido de carbono, en el que se les rompió el cuello para asesinarlos.
En consecuencia, Canadá se ha convertido en uno de los pocos países modernos que aún no rige la legislación de protección a los animales, especialmente en las granjas de pieles según el Consejo Nacional de Salud y Bienestar de los Animales de Granja. Además, más de tres millones de animales han sido gaseados y electrocutados en estos sitios, según Last Chance for Animals (LCA).
Texto: Redacción El Megáfono Canadá